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LOWENTHAL, GUTERMAN
PROFETAS DEL ENGAÑO
LAS CUARENTA

Páginas: 220
Formato:
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9786316522061

En "Profetas del engaño" hay dos elementos centrales en los discursos analizados por nuestros autores: primero, el malestar subjetivo, la sensación de encontrarse al margen de la sociedad, de ser un despreciado; y segundo, el enemigo personal, personalmente responsable de la miseria. Lo que Lowenthal y Guterman describen como el causante de la miseria subjetiva y objetiva no es realmente la modernidad. Tampoco lo son la diferenciación ni la aceleración de procesos sociales como tal, sino más bien es la incapacidad de los individuos de entender la organización social, las instituciones y la organización de la reproducción social como una condición de su propia autonomía. Por supuesto,esto no es un defecto personal, cognitivo de los individuos, sino el resultado de una organización patológica de la sociedad. Ni la diferenciación ni la aceleración tienen que significar aislamiento y alienación, no tienen que engendrar falsos profetas. Pueden ser perfectamente organizadas de forma racional y social, y producir procesos de deliberación común. Pero mientras esto no suceda, todavía será fecundo el vientre del que surja la bestia inmunda. Benno Herzog Universitat de València

PROFETAS DEL ENGAÑO

$27.000
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LOWENTHAL, GUTERMAN
PROFETAS DEL ENGAÑO
LAS CUARENTA

Páginas: 220
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ISBN: 9786316522061

En "Profetas del engaño" hay dos elementos centrales en los discursos analizados por nuestros autores: primero, el malestar subjetivo, la sensación de encontrarse al margen de la sociedad, de ser un despreciado; y segundo, el enemigo personal, personalmente responsable de la miseria. Lo que Lowenthal y Guterman describen como el causante de la miseria subjetiva y objetiva no es realmente la modernidad. Tampoco lo son la diferenciación ni la aceleración de procesos sociales como tal, sino más bien es la incapacidad de los individuos de entender la organización social, las instituciones y la organización de la reproducción social como una condición de su propia autonomía. Por supuesto,esto no es un defecto personal, cognitivo de los individuos, sino el resultado de una organización patológica de la sociedad. Ni la diferenciación ni la aceleración tienen que significar aislamiento y alienación, no tienen que engendrar falsos profetas. Pueden ser perfectamente organizadas de forma racional y social, y producir procesos de deliberación común. Pero mientras esto no suceda, todavía será fecundo el vientre del que surja la bestia inmunda. Benno Herzog Universitat de València