Menú
Productos
Inicio / CATÁLOGO / Humanidades Y Cs. Sociales / Historia / Historia Universal / Historia Medieval / BOLSA Y LA VIDA, LA

JACQUES LE GOFF
BOLSA Y LA VIDA, LA
GEDISA

Páginas: 176
Formato: 19,5 x 13 cm.
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9788418525346

El autor ofrece con una prosa ágil un verdadero tratado sobre la usura en la Edad Media cristiana, demostrando desde una nueva perspectiva la vinculación entre los campos de la economía y la religión, verdaderos pilares sobre los que descansaban las estructuras de la época. El usurero, tan odiado como imprescindible, está asociado con uno de los siete pecados capitales: la codicia. Aun durmiendo, su dinero le hace más rico, manifestándose así como un ladrón de tiempo. El usurero está irremediablemente condenado al infierno. Sin embargo, en vísperas del auge de los grandes movimientos económicos del capitalismo moderno, la teología medieval salva al usurero del infierno e inventa para él una morada algo menos funesta: el purgatorio. Así alcanza su doble objetivo: conservar la bolsa sin perder la vida eterna.

BOLSA Y LA VIDA, LA

$21.400
3 cuotas sin interés de $7.133,33
Ver medios de pago
BOLSA Y LA VIDA, LA $21.400
Entregas para el CP:
Cambiar CP

Medios de envío

Nuestro local

  • Paradoxa Libros Mendoza 923, Rosario, Santa Fe

    Gratis
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

JACQUES LE GOFF
BOLSA Y LA VIDA, LA
GEDISA

Páginas: 176
Formato: 19,5 x 13 cm.
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9788418525346

El autor ofrece con una prosa ágil un verdadero tratado sobre la usura en la Edad Media cristiana, demostrando desde una nueva perspectiva la vinculación entre los campos de la economía y la religión, verdaderos pilares sobre los que descansaban las estructuras de la época. El usurero, tan odiado como imprescindible, está asociado con uno de los siete pecados capitales: la codicia. Aun durmiendo, su dinero le hace más rico, manifestándose así como un ladrón de tiempo. El usurero está irremediablemente condenado al infierno. Sin embargo, en vísperas del auge de los grandes movimientos económicos del capitalismo moderno, la teología medieval salva al usurero del infierno e inventa para él una morada algo menos funesta: el purgatorio. Así alcanza su doble objetivo: conservar la bolsa sin perder la vida eterna.